Ubicacion actual



De vuelta en Dhaka, la capital del caos absoluto.

lunes, 30 de agosto de 2010

Bardia National Park

       Cuando por fin saque los pies de las botas, ya en el hotel, y me quite los calcetines, sabiendo lo que me iba a encontrar, los mire con curiosidad. Sabia que, de todas las propiedades atribuibles a un pie, en los mios solo permanecia la de poseer cada uno cinco dedos, y doy gracias. 


       El dia anterior, en que llegamos a Bardia a las cinco de la manyana, habiamos cometido el error de enfrascarnos en una caminata de seis horas por la tarde, que nos llevaria a lo que llaman la "buffer zone", que no es mas que una zona de preparque a donde algunas bestias escapan a beber agua durante los monzones, cuando todo el parque esta hasta los topes de barro. Se suponia que la hora era la perfecta para ver rinocerontes pero, obviamente, no vimos nada. Lo que si vimos fue un rio que tuvimos que cruzar y, puesto que aun quedaba mucho camino de vuelta al hotel, y no lo ibamos a hacer descalzo, lo hicimos con las botas puestas.

       Pues bien, debido a la interesante humedad que presenta el lugar, a la manyana siguiente el interior de nuestras botas seguia igual de empapado que el dia anterior, y se avecinaba una caminata de dia entero por el interior del parque. Sabeis como quedan los pies despues de un banyo de una hora? Imaginad como quedan despues de uno de doce horas. Asi es como saque los pies de mis botas al final de ese dia. Los pobres habian envejecido centurias.

       Durante el transcurso de la caminata por el parque no vimos mas que monos y algun que otro ciervo. Es sin duda interesante pero cuando uno espera ver un tigre de Bengala sabe a poco. Pero eso ya lo sabiamos. En realidad vimos un par de rinocerontes desde una torre de observacion, pero se hallaban tan lejos que daria lo mismo si digo que vimos dos puntos grises en el horizonte. Por lo menos fue excitante el saber que estabamos en terreno enemigo: era facil encontrar pisadas suficientemente frescas de tigre o de leopardo como para despertar en nosotros algun que otro sentimiento contradictorio. Realmente no esperabamos ver nada, el ultimo tigre fue avistado en junio; es lo que pasa cuando tienes unos cuarenta tigres repartidos en unas mil hectareas.

       Lo que tambien vimos fueron muchas sanguijuelas, pero eso tambien lo esperabamos. Aunque nosotros escapamos mayormente a ellas gracias a nuestras humedas botas, los estadounidenses que iban detras no tuvieron la misma suerte. Los guias tampoco, pues iban todos con sandalias, pero ellos se las quitan como quien se sacude la caspa de los hombros.

       Al fin de ese dia estabamos abatidos: llevabamos tres dies sin parar. Por eso decidimos tomarnos una manyana sabatica al dia siguiente, y contratar lo ultimo que nos quedaba por hacer por la tarde: el safari en elefante. Resulto entretenido pero algo decepcionante, aunque, nuevamente, ya lo sabiamos de antemano! El safari duraria dos horas, y al principio le pregunte al conductor si nos podia conducir a lo que llaman la "Terrible Island". Los guias nos habian hablado de ella el dia anterior, y en ella es donde estaban los dos rinocreontes que habiamos visto desde la torre. Es una isla especialmente peligrosa porque la concentracion de animales es mayor. Hasta me encontre un extranjero en Kathmandu que habia sufrido un ataque alli, en abril, cuando fue rodeado por rinocerontes. Como no ibamos a querer ir? El guia asintio y puso rumbo a la isla; para llegar a ella era necesario cruzar dos rios. Pero el elefante no quiso cruzar ni el primero, pues estaba crecidisimo por el monzon, y la verdad esque ahi se nos encogieron los ojetes. El rio poseia un cauce extraordinario, y a los dos pasos de elefante el agua ya nos llegaba a los pies. Yo solo pensaba en mi camara y el elefante en su vida, asi que dio marcha atras. El conductor lo intento otras tres veces, pero al final se dio por vencido. Las siguientes dos horas sucedieron, pues, apaciblemente, encima del elefante, que avanzaba a buen ritmo por los mismo caminos que visitamos en el dia anterior.

       Dos horas de sentirme un poco como un guiri estupido despues, y sin Terrible Island ni nada parecido, nos bajamos y nos volvimos al hotel. Esa habria sido nuestra ultima actividad en el Bardia National Park. A la manyana siguiente (la de hoy) partiriamos hacia Tansen (tambien conocida como Palpa), una ciudad a medio camino entre Bardia y Kathmandu, donde pernoctaremos hoy, pues pasamos olimpicamente de tomar un autobus otras dieciseis horas seguidas, asi que hemos decidido partir el regreso en dos etapas. Manyana cenaremos en Kathmandu, de nuevo.

       Y , muy rapidamente resumidos, estos han sido nuestros tres dias en Bardia. Realmente los he disfrutado: uno se siente bien dentro del meollo cuando se abre paso a golpe de machete entre campos con un cesped de mas de dos metros y un guia senyalando rastros de tigre y rinoceronte. Aunque no vimos nada remarcable, hay que decir que tambien tuvimos suerte de no ser deborados.

2 comentarios:

  1. molt bo aixo de que l'elefant pensava en la seva vida!!! tota una aventura, no? simplement arribar a aquest parc ja m'ho sembla,,,sou uns valents, nois!

    ResponderEliminar
  2. Anims, Uri! Quin viatge mes alucinante, tio!! (ja estic parlant com en Pepe Rubianes) Una abracada molt fort.

    ResponderEliminar