Barpak se resiste una vez mas

       Perdonad bonobos la ausencia de estos dias! La verdad es que han sido dias de poca actividad y por eso no he venido a actualizar el blog. Son dias algo confusos y de aplazamientos de planes. Os explico!

Pani Pani!

       Ha llegado el monzon! Da igual que no sea epoca y que estemos en plenisima temporada seca aun. Aqui estan las lluvias, las nubes y el barro para hacerme rememorar el eterno sufrimiento a la par que regocijo de que me aportan las lluvias nepalies. Estos dias me quejaba de lo sequito y marron que esta todo y recordaba con carinyo esas lluvias monzonicas que tanto me complicaron la vida pero tan bonito lo ponian todo la primera vez. Querias caldo? Pues toma dos tazas.

Shanti, shanti...

       El diminuto balconcito de nuestra pequenyisima habitacion da a un valle enorme rodeado de montanyas, medio ocultas entre la bruma que invade los dias del invierno nepali. Al abrir un ojo en medio de la noche, hecho un churro entre las sabanas, se ve todo el cielo estrellado a traves de la ventana. Al llegar la estruendosa manyana bandipurenya, llena de los gritos de ninyos que van al cole, abrir esa ventana significa dejar entrar en la habitacion el olor de los hornillos de lenya con que los locales se preparan sus desayunos. En Bandipur uno se va a dormer rematadamente pronto y se levanta igualmente pronto por placer. Que bien se esta aqui!

Bandipur Reloaded!

       Hola bonoboooooooos! Se me nota contento? Lo estoy! Esta manyana hemos salido de Kathmandu rumbo a mi querido pueblecito de Bandipur y aqui estamos. Y esta practicamente igual que como lo deje! Hay algunos turistas mas pero el encanto del lugar sigue siendo indiscutible y el entorno magnifico. Hoy lo unico que hemos hecho ha sido llegar aqui en bus asi que no hay mucho que explicar ni muchas fotos que subir, por lo que lo dejo aqui y manyana ya os escribire una buena actualizacion con sus fotos y todo. Buenas noches!!!

Redescubriendo la capital

       Fuera del Thamel todo sigue igual que hace un par de anyos. La esencia de Kathmandu me sigue pareciendo embriagadora y llena de encanto. Aunque las calles puedan estar sucias me parece que podria lamerlas si las comparo con aquellas de Dhaka. No huele mal en cada esquina. Huele a incienso, a curri, a especias. Los callejones de la ciudad antigua siguen llenos de puestecillos de verduras y tiendas de parafernalia, y sigue siendo igual de facil perderse en los pasajes que conducen a patios interiores, en los que soprenderse de repente ante la aparicion de una gran stupa budista o de un templo hinduista, o de una mezcla rara de ambos, escondido entre las casas, donde solo se oye a ninyos jugar y los abueletes aburridos te miran curiosos.